2 de abril de 2006

Manifestantes a la carta

De la misma manera que siempre hay quien hace negocio en medio del horror de la guerra, la crispación que se vive actualemente en la vida política española resulta lucrativa para un conjunto de empresarios alicantinos. Asunción S., Manuel G. y Julián M. crearon hace año y medio la empresa MASA, S.A. Esta empresa ofrece a partidos políticos, sindicatos, movimientos sociales y cuaquier otro grupo de presión (incluso particulares interesados que puedan permitírselo) la infraestructura necesaria para organizar una manifestación en 24 horas en cualquier capital de provincia de España. Asunción explica la oferta:

Existen paquetes diversos para los distintos clientes. Por ahora contamos con tres formatos básicos: manifestación multitudinaria, movilización mediana y pequeña concentración. Cada fórmula tiene dos submodelos: pacífica o violenta, en función de lo que pida el cliente.
El sistema funciona gracias una gran bolsa de "manifestantes latentes" con posibilidad de movilización inmediata que la empresa mantiene, fundamentamente en Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao. Estos "socios a pie de calle" - como son conocidos en la oficina central de MASA - han sido reclutados a través del boca a boca, en oficinas del INEM, en residencias de ancianos, en universidades, a través de Internet. Los manifestantes se encuentran permanentemente conectados con la central gracias a un sistema de alerta vía sms. Mediante mensajes los participantes son citados en un lugar y a una hora determinada. En el sms de la convocatoria reciben las indicaciones básicas: "Lavapiés, sábado 8 abril. Lema: Akabemos con el kapitalismo. Violenta. Dress code: entusiasta antiglobalizador radical. Gratificación extra detenidos/vapuleados". El resto - básicamente el atrezzo - lo ponen los "socios a pie de calle" con imaginación y creatividad.

Dependiendo del tamaño de la manifestación, los socios cuentan con uno o varios cabecillas. Estos líderes forman parte del personal cualificado de MASA y se encargan de anotar los socios que han acudido (esencial para el pago posterior) y distribuyen el material entre los mismos: pancarta, carteles, silbatos, megáfono, cócteles molotov (en su caso), etc. Asimismo, informan a los manifestantes de los eslóganes que deben corear en cada momento y se responsabilizan de que la manifestación se produzca en los términos previamente acordados con el cliente (por ejemplo, que la pacífica no se vuelva violenta, o viceversa). Asunción se muestra orgullosa:

Uno de nuestros grandes atractivos es la versatilidad. Nos adaptamos con imaginación a lo que busca el cliente, y no a la inversa. Si el cliente necesita gente que queme mobiliario urbano, le conseguimos jovenes dispuestos a todo, incluso a arrancar cajeros. Si necesita familias enteras, ponemos a su disposición parejas con carrito, niños y abuela incluida. Nuestra gente está bien preparada para asumir cualquier rol. Los "socios a pie de calle" pueden convertirse en mineros en huelga, agricultores encolerizados con Europa, estudiantes de medicina desesperados, funcionarios sindicalistas de cara triste, transportistas, víctimas del terrorismo, familiares de "presos políticos", activistas católicos, militantes comunistas, votantes conservadores, progresistas o ambas cosas... todo lo que el cliente quiera y esté dispuesto a pagar.
Manifestantes a la carta. Pocas veces una idea tan simple dió tan buen resultado. Y además en tan poco tiempo. Julián recuerda los comienzos de MASA:
Al principio era difícil reunir a más de doscientas personas. Pero poco a poco la cosa se fue animando. El boca a boca funcionó muy bien. Supimos encontrar buenos head hunters para que alistasen a más gente. Se ha hecho una labor de captación formidable. Desde hace algunos meses se reciben cada día en la central cientos de solicitudes para participar como "socios a pie de calle". Por lo demás, si pagas puntualmente, siempre encontrarás a gente dispuesta.
Los resultados han sobrepasado con creces las expectativas y la empresa ha entrado en beneficios en su primer ejercicio económico. Actualmente se habla de ampliación. Manuel comenta entusiasta la necesidad de especializarse, buscar nuevos nichos de mercado. Afirma que hay que adelantarse a la competencia:

Sería imperdonable que nos durmiéramos en los laureles de nuestro éxito. Por eso estamos ahora desarrollando nuevos productos. Queremos trabajar todos los distintos medios de presión política imaginables. Recientemente hemos logrado manejar con bastante soltura la huelga de hambre y los encierros colectivos. El reto inmediato que tenemos por delante son los suicidios públicos (a lo bonzo, por ejemplo). Se que es arriesgado y difícil, pero tengo mucha confianza en nuestro departamento creativo. Son gente estupenda y estoy convencido de que lograremos dominar el producto. Hemos superado muchas dificultades y no nos detendremos ante meros problemas técnicos. Pero todo eso no nos basta y estudiamos abrir el año que viene un departamento de lobbying.

Preguntados sobre los posibles problemas de conciencia, los emprendedores de MASA se muestran sorprendidos. Asunción sentencia sin paliativos:

Nuestros socios a pie de calle son profesionales. Se comprometen con la causa que les toca defender mientras dura la manifestación. Esa es nuestra marca distintiva: la calidad de nuestro producto. Por otro lado, nadie contrataría un grupo de manifestantes descreídos, que se viera a las claras que son de pega.

En cuanto a los clientes que han acudido a MASA, S.A. los emprendedores se muestran reservados. Julián se explica con una amplia sonrisa:
Este negocio requiere discrección. Nuestros clientes son muy exigentes. Hay un "recato profesional" que debemos mantener a toda costa. Nuestra divisa es "confinaza". Por lo demás, es usted libre de utilizar su imaginación...

MASA, S.A. proyecta saltar nuestras fronteras y expandirse por Europa. De hecho la empresa ya se ha implantado en Francia y en los últimos seis meses ha cosechado excelentes resultados en el país Galo, de gran tradición manifestadora. Los promotores saben que su producto es bueno y hay demanda de sobra. Hasta ahora eran ellos los que se ofrecían de manera individualizada a los clientes, pero anuncian que en breve se pondrán a disposción del gran público a través de Internet.

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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Como “socio a pie de calle” que soy, la idea de MASA me parece innovadora y original, y el trabajo es gratificante. En estas manifestaciones uno puede hacer amigos, deporte (en el caso de manifestaciones violentas) y además descubres que la gente se manifiesta por causas que desconocías y con las que al final acabas muy comprometido. Claro que todo tiene un lado menos bueno. El otro día sin ir más lejos me costó mucho manifestarme en contra de una causa (que no voy a mencionar porque un profesional de MASA sabe que “discreción = confianza” como nos decían en los cursillos) con la que no estaba para nada de acuerdo pero el trabajo es así, unos días disfrutas y otros no. Tampoco me hace mucha gracia levantarme con la sensación de haber hecho un buen trabajo, coger el periódico y ver que de las mil personas que estábamos, los medios nos reduzcan sin que les tiemble el pulso a la mitad. Pero en resumen, si estás buscando un trabajo tanto a corto como a largo plazo, este te gustará.

4:20 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por favor, pie es sin tilde, a no ser que queramos dar un toque añejo y más pasado de moda que el saxofón al texto, en cuyo caso me callo.

9:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Lo que no le han comentado sus amigos de MASA es las condiciones en las que trabajamos los Socios a Pie de Calle. Estos tipos son unos sinvergüenzas y unos ladrones.

Ofrecen una supuesta selección de los Socios, en base a los perfiles que le solicitan sus clientes, y la realidad es que nos llaman a todos para todo. El otro día me vi con mi cuñado, el Antonio, gritando vivas, en una concentración por la instalación de consoladores en los vagones del Metro de Madrid. Y yo estoy encantado con el trabajillo, pero por ahí no paso.

Tengo 87 años y la espalda llena de golpes. Descubrí mi vocación de manifestante con 8 años (quemamos el cine del pueblo por censurarnos una piernas) y desde entonces he tirado piedras por media España y cócteles molotov por la otra media.

Pero quiero que sepan que estos tipejos engañana sus clientes y explotan a los Socios.

Y no entro ahora en las condiciones en las que trabajamos (dos y tres manifestaciones el mismo día, pancaratas elaboradas con materiales cancerígenos, superación de los umbrales de ruido permitidos por Bruselas...; acoso sexual, todavía no, pero lo estamos intentado; la que reparte los cócteles está de "toma-pan-y-moja").

6:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pero abuelo, a su edad debiera estar jugando al dominó en una tasca, esperando a la muerte, hombre. ¿Qué es eso de salir a la calle a reivindicar cosas, en plan excursión del Inserso? No, hombre. ¡Cómo son ustedes los mayores! Siempre quejándose, siempre dando la lata.
Yo estoy encantado con Masa. Ayer estuvimos en una manifa contra la extinción de la almeja cebra ante el Ministerio de Agricultura, código festivo. Unos se disfrazaron de almejas y hubo dramatizaciones de como sería el mundo sin almejas cebra. Gritamos mucho y lo pasamos muy bien. No sabía que había almejas cebra. Luego nos fuimos al "Brillante" a tomar unas cañas y unos berberechos. Hace dos semanas fuia una manifa por la III República, código agresivo-libertario. Pero no leí bien el sms de convocatoria y fuí a un sitio equivocado. Ví mucha gente caminando, y me uní a ellos. Resultó ser el entierro de una señora, que era además legionaria de Cristo. La verdad, estaba yo con mi bandera tricolor coreando de cuando en cuando consignas, entre esa gente de negro, con medallas y bigotitos, un poco como un pulpo en un garage. Me invitaron a dispersarme con razones muy convincentes.
El trabajo es guay. Y es cierto lo que dice el abuelo: la que reparte los cócteles es pura dinamita.

10:32 p. m.  

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